from Cardescu Web: abril 2016

sábado, 30 de abril de 2016

Los científicos también hacen trampas

 El halo de inviolabilidad que poseen ciertas personas dedicadas a la ciencia y la investigación hace a estos que posean un grado de verdad incuestionable en todo aquello que aportan al gran público. Pero no es (ni será) la primera vez que cualquier científico ha inventado/modificado/ajustado algún dato para que respalde su trabajo profesional. Dedicar años a una investigación en la que se han depositado las esperanzas y mérito de los involucrados y llegar a un resultado que lo contraríe puede hacer al más decente a falsear la verdad en pos de su propia gloria denostando los resultados negativos
 Indirectamente se puede llegar a esta situación sí el trabajo que ha sentado cátedra encauzando las investigaciones de sus compañeros de profesión es puesta en duda o refutada por cualquier otra, que por datos más fieles o finos desestiman la hipótesis anterior.
 Escudarse en réditos pasados también es algo que ocurre en el campo de la contribución científica y cuando al científico de turno se le presenta la oportunidad de relanzar su prestigio, puede llegar incluso a simplemente  la apropiación de una idea ajena de otra persona.
 En tiempos anteriores la investigación científica se ha movido por vocación y en aras del conocimiento, pero desde un pasado cercano, ser científico ha pasado a ser una profesión más en la que "el poderoso caballero" también manda; ya sea en forma de cobro de patentes, formas de financiación o inversión.


Para ilustrar estos actos hay mil y un ejemplos, pero el siguiente enmarca a dos distintos alrededor de un mismo hecho científico.
 Segrì y Chamberlain ganaron el Nobel de 1959 por descubrir los antiprotones; posteriormente fueron acusados por Piccioni de haberse apropiado de la técnica que él había propuesto y había comentado con ellos. Piccioni los denunció demostrando la acusación, pero ni se le incluyó en el Nobel ni fue repuesto, al revés fue denostado por la comunidad científica.
 Años después, en 1979 J.C. Cooper en un artículo acusó a Segrì y Chamberlain de haber engañado en el experimento en cuestión ya que durante el desarrollo experimental decía que ellos habían descubierto taquiones, unas partículas que en teoría deberían viajar más rápido que la velocidad de la luz. La causa de esta ocultación sería la de no refutar la teoría de la relatividad de Einstein; teoría que no compartía Cooper. Algo por el estilo ocurrió en 2011 cuando en un experimento con neutrinos en el CERN se detectó erróneamente que estos eran más veloces que la luz.

 Qué es lo que quiero aportar con esto; sencillamente que dentro del mundo científico hay lo mismo que fuera de él: personas excelentes, aprovechados, mediocres, ladrones, pelotas, etc; no es la dimensión desconocida de personas impolutas que hacen el bien  con la premisa del conocimiento.
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